Alegato por el libro digital

Tengo muchos libros. Más de los que puedo almacenar, en realidad, por eso quizás en los últimos años compro libros electrónicos en una proporción de 50 a 50 frente a los tradicionales en papel. Tal vez no haya sido más que una necesidad -seguir teniendo libros, no digo poder leerlos, digo tenerlos- para cubrir otra necesidad -la falta de espacio-. Eso sí, reconozco que en formato digital solo compro novela. Los libros de historia, arte, arqueología, ensayo… necesariamente tienen que estar impresos. Lo mismo pasa con ediciones antiguas o aquellos libros que me parece malvadamente imprescindible poseer. Dicho esto, no voy a negar, por más que algún purista romántico me vilipendie, que incluso me gusta leer en ebook.
Y os voy a dar diez razones por las que me gusta y que, por supuesto, no tenéis que compartir ni siquiera respetar.

1. Espacio casi infinito

Los eBooks te permiten llevar una biblioteca completa contigo allá donde vayas. Con solo un dispositivo que cabe en la palma de una mano, puedes acceder a una amplia variedad de títulos sin preocuparte por el peso o el espacio físico que ocupan los libros tradicionales. Nunca y en ningua circunstancia te faltará un libro para leer.

2. Acceso gratuito y legal a los clásicos

Cada año se liberan de derechos miles de libros en todo el mundo al considerarse que ha pasado un tiempo concreto desde la publicación de la obra o la muerte del autor (cada país tiene su propia normativa al respecto). Esto hace que cada mes de enero grandes obras de la literatura universal entren en dominio público y cualquiera pueda publicarlas, en este caso que nos ocupa, digitalmente: Miguel Hernández, Stefan Zweig, obras de Virginia Woolf o Conan Doyle, Proust, Faulkner… Aquí os dejo algunas de los autores liberados en 2024 en España

3. Comodidad de lectura

Un ebook permite ajustar el tamaño del texto, lo cual no deja de ser una gran ventaja para personas con presbicia o con algún tipo de diversidad visual. Además, permite cambiar la fuente tipográfica. Hay días en que soy más de serifa y otros que prefiero coquetear con las de palo seco. Soy un fanático de la tipografía y creo que hay libros que deben ser leídos en una fuente concreta. Llamadme raro, si queréis.

4. Disponibilidad inmediata de cualquier título

Con solo unos clics y una conexión a Internet, puedes adquirir y empezar a leer un nuevo libro al instante. Vale, reconozco que esto no es una ventaja sustancial sobre el placer de ir a una librería y curiosear entre las estanterías, ver el ambiente callejero de la ciudad y tomarte después un café. Pero ojo, urbanitas del demonio, no todo el mundo tiene cerca una librería, así que, sí, puede ser una ventaja si vives en las montañas del Bierzo, por ejemplo.

5. La famosa interacción

Una de las cosas que más me gusta de mi ebook es pulsar sobre una palabra cuyo significado desconozco y que los señores de la RAE me iluminen a través de su diccionario. Insuperable regalo cuando estás leyendo en la cama, de noche y en pleno invierno. Además, se pueden realizar anotaciones, subrayar, marcar páginas…, vamos, que casi puedes llevar tus rarezas mentales al mundo digital.

6. Experiencia cercana a leer en papel

Mis preferidos son los dispositivos que no emiten ningún tipo de luz, porque no cansan la vista, y la experiencia de lectura es muy parecida al negro sobre blanco de un libro tradicional. Además, la pantalla no tiene reflejos, se puede leer desde cualquier ángulo y, aunque estés a pleno sol, la imagen es completamente nítida.

7. No te preocupes por la batería

El consumo es muy reducido, ya que carecen de fuentes de iluminación y la tinta electrónica solo necesita energía para cambiar la polaridad de los electrodos de los que está formado -blancos y negros flotando en un gel-. Solo tendrás que cargarlo muy de vez en cuando. Aquí puedes entender qué es eso de la tinta electrónica.

8. Es (más o menos) ecoamigable

Requiere de muy poca energía para funcionar, reduce la necesidad de papel y minimiza la huella ecológica asociada con la producción y distribución de libros físicos.

9. Costes

Aunque el dispositivo en cuestión tiene unos costes significativos, en realidad los archivos de libros digitales suelen ser más baratos que los libros tradicionales. Recuerda que hay repositorios en los que puedes acceder a millones de títulos que se encuentran en dominio público, y que muchas editoriales ofrecen descuentos o incluso gratuidad por tiempo limitado de algunas obras, o la posibilidad de leer los primeros capítulos libremente.

10. Apoyo a nuevos autores

Muchos autores noveles apuestan por este formato para darse a conocer ya que apenas requiere inversión. Incluso desde hace años Amazon tiene un premio literario para obras exclusivamente digitales publicadas en Kindle Direct Publishing, el Amazon Storyteller.


Con este alegato no desprecio al libro tradicional, ni mucho menos -yo mismo sigo siendo un fanático del papel-, y debo reconocer que no todo es maravilloso en el mundillo ebook: nos ata aún más a la tecnología; se pierde la experiencia sensorial de sostener un libro en las manos; la dichosa obsolescencia; la fragilidad del propio dispositivo, muy sensibles incluso a pequeños impactos; el coste inicial del ebook; las limitaciones legales para prestar o compartir un libro; el impacto ambiental que genera el deshecho del dispositivo; la reducción de los beneficios de los sufridos libreros…; y sobre todo, muy por encima de todo anula el placer de coleccionar libros y aumentar enfermizamente tu biblioteca física.
Ni rechazo las nuevas posibilidades y ventajas de la tecnología ni prescindo del placer de leer y poseer libros tradicionales. Vamos, que ahora mismo soy mitad digital, mitad papel.

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