Hablando sobre la costumbre vaccea de enterrar en la propia vivienda a los niños que morían antes de echar los dientes, una alumna de etnia gitana ―importante este dato por el condicionante supersticioso― deja instantáneamente de hablar con su compañera, con la que lleva de cháchara un buen rato, y con ojos como platos, reflejo indiscutible de su pavor, dice: «¡Ay, padre! ¿Y si luego se te aparece el niño?».

Un alumno: «Pero estos vacceos se pasaban todo el día en la cama, haciendo cosas de mayores». Yo intento hablarle de la sexualidad precristiana, del posible alto índice de natalidad ligado a un altísimo índice de mortalidad infantil…, intentando, eso sí, no meterme en muchos fregados. Sin embargo, él insiste: «¿Y usaban condones?». Afortunadamente,  no me hace falta responder, porque el chaval tiene una teoría al respecto: «Seguro que se ponían las pieles de las culebras…».

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