Por fin, se cumple un sueño largamente acariciado. Glyphos Publicaciones ha tenido la deferencia, la visión, la valentía…, no sé cómo llamarlo, de apostar por mi última novela: El infante de la sonrisa triste.
En formato tapa blanda y con unas quinientas páginas, la edición está muy cuidada, fruto, sin duda, del mimo y el cariño que ponen lo miembros de esta joven, entusiasta y sólida editorial vallisoletana.
No sé si será fruto de mi exaltación, pero estoy convencido de que esta novela va a llegar muy lejos. Comienza ahora un animado sendero de promoción, lo que afronto con ánimos y mucha esperanza de que se reconozca un trabajo bien hecho.