Escribir una novela histórica es como escribir una novela normal, pero más difícil. Y no digo que escribir una novela sea sencillo. No es eso. La complejidad de las novelas históricas reside en la enorme labor de documentación que hay que realizar antes de ponerte siquiera a escribir y por las constantes consultas que hay que realizar para solventar pequeños detalles importantes en la trama, lo que ralentiza la escritura de forma exasperante.
En los eventos en los que participo siempre pongo el mismo ejemplo. Cuando andaba escribiendo El infante de la sonrisa triste, en una de las escenas iniciales el protagonista apuntaba con una pistola a otro bajo la mesa de una turbia taberna. Para poder escribir esa escena tuve que leer varios artículos sobre armamento en el siglo XVIII, no porque la descripción del arma fuera especialmente importante (de hecho, se soluciona con tres o cuatro palabras), sino para no meter la pata.
Por eso digo que es más difícil. Lo otro, lo meramente narrativo es exactamente igual de complicado en cualquier género. Espero que estos diez consejos para escribir una novela histórica te sirvan de algo.
1. Lee mucho
Da igual que los hechos sean ficticios o no, rigor, por favor. Todas las épocas históricas están muy estudiadas, no es necesario inventarse nada.Siempre recuerdo una novela ambientada en el antiguo Egipto que leí hace tiempo en la que un faraón o algo así -escribo de memoria- se asomaba por el balcón de su palacio y contemplaba la ciudad minada de ¡¡¡¡minaretes!!!!. Maldita sea, ¿minaretes en el antiguo Egipto? ¿En serio, George?
Selecciona fuentes fiables y adéntrate en las fuentes originales, estas te darán datos de vida cotidiana que valen como el oro. Por ejemplo, leer El Buscón puede suponer una buena cantidad de datos para ambientar la España del siglo XVII.
Lee, lee y lee.
2. Un respeto a los muertos
¿Te gustaría que alguien te convirtiese en un personaje de novela y alterase tus creencias, tu ideología, tu comportamiento? Creo que no. Por eso, si vas a introducir personajes históricos en el texto, ten mucha precaución.
Analiza al personaje en la medida de lo posible. No repitas estereotipos y tómate tu tiempo para analizar su comportamiento, lo que se sabe de él, su obra. Al fin y al cabo fueron personas como tú y como yo, y debemos ser justos por una simple cuestión de ética.
Si, por el contrario, tu protagonista es ficticio ya tienes mi aplauso, pero ten cuidado en que sus hazañas y comportamientos no alteren los hechos históricos conocidos.
3. Sensiblería, la justa
Olvídate de la sensiblería patriótica, de la exaltación ridícula del pasado. Ese tipo de novelas funcionaban bien en el siglo XIX, hoy es distintivo de una novela histórica deficiente. Y ten en cuenta una cosa: los hombres y mujeres del pasado no eran, no se comportaban y no hablaban como gilipollas (o al menos no más que tus coetáneos). No los hagan sensibleros ni exageres su carácter heroico.
4. A nadie importan tus creencias
Intenta abstraerte en la medida de lo posible de los prejuicios y de la realidad de tu época, incluso del lugar en el que vives. Un escritor de novela histórica no debe tener, como no los debe tener un historiador, ni tiempo ni lugar. Esta es una de las primeras cosas que aprendí en la facultad. No es creíble que nuestra protagonista, habitante de una aldea del siglo XIII, y por muy indómita que fuera, asuma tal cual los conceptos del feminismo contemporáneo, o que relacionemos por las bravas a un irmandiño con el nacionalismo actual.
5. Reconoce el mérito de otros
No ocultes tus fuentes. Para escribir una novela histórica habrás tenido que leer muchos libros de Historia. No se trata de incluir una bibliografía, pero si alguna obra ha sido esencial en el desarrollo de la novela, estaría bien que agradecieses su ayuda citándola en un apéndice final, por ejemplo.
6. Sé honesto
Sé consciente de que lo que escribes es tu visión de la Historia. No intentes engañar a nadie. Honestidad, por favor. El propio Arturo Pérez Reverte indica al comienzo de Sidi que hay muchas visiones sobre el Cid y que él solo plantea la suya propia.
Lo bueno de esto es que si sufres alguna crítica por parte de algún integrista de la Historia, siempre puedes alegar, y con toda la razón, que estás escribiendo ficción.
7. Escribe como quieras (o puedas)
Las novelas no dejan de ser producto cultural. Tú decides si quieres mero entretenimiento o adentrarte en la literatura con mayúsculas, ambas posibilidades son lícitas y cada cual tiene su público. Si consiguieses aunar ambos conceptos, sería realmente fenomenal.
8. Mide los datos históricos
Los datos históricos deben ser lo más invisibles posible en la trama. No permitas que la divulgación de la Historia arruine una buena novela. Esto es lo que mejor distingue a un buen novelista histórico de uno malo (no, no voy a decir nombres, por muy conocidos que sean).
Igualmente, cuando te enfrentes al lenguaje de la época, mi consejo es que busques un equilibrio entre el habla histórico y los modos actuales, que modernices en cierto modo a aquél, para no asustar a tu lector y hacerle la lectura más fluida.
Sobre otras cuestiones, como, por ejemplo, utilizar el sistema métrico para expresar distancias en vez de leguas, lo dejo a tu criterio. Personalmente, y aunque yo no lo hago, no veo inconveniente en hablar de kilogramos o kilómetros en tiempos remotos en aras de una mejor comprensión de la acción de la novela. También puedes poner una nota a pie de página indicando cuánto era una arroba o una milla romana, pero es algo que absolutamente detesto en una novela, que me corten la lectura con un dato que a lo mejor me importa más bien poco.
9. Sé un novelista, no un historiador
Toma las técnicas y recursos de la narrativa, sin ningún problema. La novela histórica tiene sus particularidades, pero no es un género por sí mismo. Trabaja el argumento, las situaciones, los personajes… Escribe una buena novela, sólo eso, y dará igual que esté ambientada en el Nueva York actual o en la antigua Grecia.
10. Sin complejos
No tengas complejos. Si es lo que quieres hacer, hazlo. Muchos buenos lectores desprecian la novela histórica, pero hay novelas históricas que forman parte de la Historia de la Literatura con todos los méritos narrativos.
Espero que estos diez consejos para escribir una novela histórica no académicos te puedan servir de algo si es que estás intentando escribir una novela histórica. La verdad es que suelo observarlos con especial rigor y personalmente me han funcionado, como puedes comprobar en El infante de la Sonrisa Triste (2017).